Corredor de Biodiversidad Delta del Paraná, una apuesta a la conservación
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Valores, situación y tendencias de los humedales
La propuesta de crear un corredor que atraviese Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires resulta estratégico para la región. Sus sistemas de humedales son fundamentales como reguladores hídricos y para la adaptación al cambio climático. La creación de este corredor contribuirá a enmarcar los usos del territorio a la necesidad de sostener en el tiempo los beneficios que brindan estos ecosistemas.
El Corredor de Biodiversidad Delta del Paraná (CBDP) se encuentra en una ecorregión conformada por humedales de gran heterogeneidad ambiental que comprende ambientes acuáticos, permanentes y sectores de tierra firme. Su integridad ecológica está fuertemente ligada al régimen hidrológico de los grandes ríos y a la libre conectividad de sus planicies aluviales.
Este corredor busca integrar las necesidades ecológicas del Delta del Paraná en modelos de desarrollo inclusivos donde la producción, la conservación y el buen vivir de los pobladores no sean expresiones antagónicas, sino una forma de pensar y construir el territorio.
La estrategia general contempla dos formas complementarias de incidencia sobre el territorio: la estrategia regional y la estrategia focal. La regional tiene por objeto el reconocimiento del Delta del Paraná como un corredor natural de biodiversidad, con lineamientos ambientales específicos que faciliten su gestión e incidan sobre su intervención y/o desarrollo. La estrategia focal acota su accionar al desarrollo de pequeños corredores entre las áreas protegidas.
Actualmente se está trabajando en micro corredores de biodiversidad en la Cuenca del Río Luján junto al Parque Nacional Ciervo de los Pantanos (PCNP), Municipios de Escobar, Campana, Exaltación de la Cruz y Pilar y el Comité de Cuencas del Río Luján en la implementación de la propuesta de trabajo impulsada por el Programa Corredor Azul de la Fundación Humedales / Wetlands International.
Los humedales son claves como reguladores hídricos y para minimizar los efectos de las inundaciones frente a los efectos del cambio climático entre otros. Además, estos ecosistemas brindan beneficios para conservación de la biodiversidad, el fortalecimiento de las economías tradicionales y la existencia de amplias extensiones del territorio para el esparcimiento y disfrute de la población.