Cuidando los humedales a través del cultivo responsable de soja
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Sector privado
Marta Andelman
Todas las personas que consumen tofu y leche de soja y sobre todo aquellas que comen carne y conducen coches, deben tener una mirada crítica sobre los impactos del cultivo de soja.
Alrededor del 70 por ciento de la soja cultivada se utiliza para alimentación animal, satisfaciendo así la creciente demanda de carne en el mundo, mientras que el segundo mayor promotor del avance de la expansión de soja es el biodiesel.
Mientras se reconocen estos valores de la soja, su expansión creciente esta generando no solo impactos negativos sobre los humedales y los bosques más importantes de América del Sur, sino también sobre los derechos a la tierra. Por lo tanto, Wetlands Internacional y su oficina en Argentina se suman a otras ONGs a fin de impulsar una industria de la soja responsable y sustentable.
Aumentos en los riesgos de inundación
El Delta del Paraná en Argentina es un ejemplo de un importante humedal afectado por la expansión de la soja. “El delta es un increíble macrosistema de humedales naturales que tienen la capacidad de atenuar los efectos de las inundaciones y sequías, y además purifican el agua“, explica Daniel Blanco Director de la Fundación Humedales/ Oficina Argentina de Wetlands International
En los últimos años la expansión descontrolada de la soja tuvo un impacto directo en la región y en el país, con alrededor de un millón de vacas desplazadas de la Pampa hasta el borde del Delta del Paraná y sus islas. Para adecuar el Delta del Paraná al pastoreo de ganado se ha desviado el flujo natural del río y de los arroyos con drenajes, rellenos de tierra y la construcción de diques. “Esto aumenta los efectos negativos de las inundaciones y menoscaba la capacidad del humedal de contribuir a la adaptación al cambio climático. Además, el uso de prácticas ganaderas a gran escala condujo a los incendios importantes del 2008 que afectaron a la región y sus alrededores” comentó Daniel Blanco.
Agroquímicos
La expansión de la soja en el Delta del Paraná implica también la pulverización con agroquímicos altamente contaminantes. Estos afectan seriamente la calidad del agua, la vida silvestre y la pesca y por ende a las comunidades locales y sus medios de subsistencia, como la pesca artesanal y la apicultura tradicional. Hay que considerar que alrededor de 7.500.000 personas que habitan la zona de influencia del Delta del Paraná, incluyendo la ciudad de Buenos Aires, se ven muy afectadas por estos impactos ya que el río Paraná derrama sus aguas en el Río de la Plata, como también los habitantes del Delta que beben agua sin tratamiento.
Asociación Internacional de la Soja Responsable (RTRS)
“Debemos hacer todo lo posible para salvaguardar los servicios ecosistémicos de los humedales. Consideramos que es muy importante compartir nuestros conocimientos y capacidades en los procesos de negociación y en espacios como la RTRS “, dice Jan Heinrich, Coordinador del Programa de Soja y Humedales, que en nombre de Wetlands International ha participado en el grupo de trabajo sobre plaguicidas y ha sugerido cambios en el estándar RTRS para que los humedales sean considerados de una forma más adecuada.
El Senado de la Nación aprobó la ley de presupuestos mínimos para proteger los humedales de la Argentina
Dada la importancia de la soja en la economía argentina y considerando su cultivo como el principal impulsor de los cambios en el uso de la tierra, que están ocurriendo en las últimas décadas, durante el año 2012 y 2013 la Fundación Humedales oficina Argentina de Wetlands International, ha trabajado para impulsar una ley nacional de presupuestos mínimos para la conservación, protección, restauración y uso sostenible de los humedales de Argentina.
El proyecto de ley federal recibió la aprobación del Senado en noviembre pasado y ahora se trasladó a la Cámara de Diputados en espera de la aprobación legislativa final. “Consideramos que este es un gran logro para la conservación y manejo de los humedales de la Argentina”, celebra con entusiasmo Natalia Machaín Coordinadora de Políticas de la oficina de Wetlands International en Argentina.
Monitoreando el estado actual de la soja en América del Sur
Para mejorar el conocimiento de la industria, los gobiernos y las ONG´s sobre los impactos ambientales y sociales de la soja, recientemente se dio inicio al Observatorio Socioambiental de la Soja (OSAS). Este es un esfuerzo conjunto de organizaciones asociadas de Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil y organizaciones internacionales (Comité Holandés de la UICN, Wetlands International, y Both End) con el objetivo principal de monitorear el monocultivo de soja en la región.
“Queremos que estos datos sirvan de base para el diálogo y para influir en las políticas de planificación y gestión socio-ambiental de la producción, tanto en los países productores de la región como en los países importadores “, concluye con optimismo Jan Heinrich.