Movilizando el conocimiento sobre los impactos socio-ambientales del cultivo de soja en la Asociación Internacional de Soja Responsable (RTRS)
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Sector privado
– Por Marta Andelman, Wetlands International Argentina –
Con el tema “”Pensar fuera de la caja””, se organizó en mayo pasado en Brasil la Novena Reunión Anual de la Asociación Internacional de Soja Responsable (RT9).
Este evento tuvo como objetivo captar ideas acerca de cómo introducir innovaciones en el ámbito de trabajo sobre soja responsable. En apoyo a este proceso, las organizaciones no gubernamentales ProYungas y Fundación Humedales / Wetlands International LAC presentaron el Observatorio Socio Ambiental de Soja (OSAS )[1], la primera base de datos que monitorea sistemáticamente la expansión y los impactos sociales y ambientales de la soja en Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil.
Comparada con otras mesas redondas , como la de aceite de palma entre otras, la RTRS aun está cosechando sus primeros logros, por lo cual existe hoy una gran necesidad de generar acciones para alcanzar mayores resultados.
La soja es el cultivo de más rápida expansión en el mundo. En apenas 50 años la producción global ha crecido diez veces, de 27 a 269 millones de toneladas, y la FAO pronostica un aumento en casi el doble para el año 2050. Los humedales y otros ecosistemas están muy amenazados por la creciente expansión de esta frontera agrícola. Uno de los principales retos que enfrenta ahora la RTRS y que fue discutido durante la reunión anual, es cómo superar la baja demanda de soja certificada en el mercado. La falta de un mayor compromiso y conocimiento por parte de los actores de la cadena de la soja para comprar soja certificada está generando un obstáculo para que el esquema de certificación de la RTRS pueda despegar más rápidamente.
En relación al aceite de palma y a la pulpa de la industria maderera, existe un número cada vez mayor de industrias y compradores de estos productos que están anunciando su compromiso con la producción sostenible, que incluye el “no a la deforestación y el no al la conversión de humedales”. Es por ello que desde nuestra s organizacion creemos que el acceso al conocimiento sobre las tendencias y los impactos socioeconómicos y ambientales de la industria de la soja juega un papel fundamental para facilitar el cambio.
En tal sentido, el Observatorio Socio Ambiental de la Soja puede proporcionar elementos para facilitar un número significativo de procesos importantes. En primer lugar, la mejora de los conocimientos sobre las tendencias e impactos del cultivo de soja pone de relieve la necesidad urgente de contar con estándares como el de la RTRS. En segundo lugar, los datos sobre los impactos del cultivo de soja que surgen del OSAS pueden proporcionar una orientación a la RTRS sobre las áreas prioritarias y también seguir el progreso de las empresas en cuanto al cumplimiento de los principios y criterios de la RTRS.
A pesar que la base de datos del OSAS está todavía en desarrollo, se han podido presentar durante esta reunión los primeros resultados. Un ejemplo muy importante es el de los bañados del Saladillo, en el corazón de la zona más productiva de soja en Argentina donde se perdió el 70% de la superficie de los bañados en las últimas cuatro décadas y casi el 20% de sus lagunas.
En el año 2011, la RTRS lanzó la primera versión de su estándar para la producción de soja responsable, que incluye principios que promueven, entre otros, la protección de los humedales y su entorno. El cumplimiento de este esquema es urgente, ya que en muchos casos los humedales se consideran un obstáculo para la agricultura y se drenan y transforman a tierras agrícolas para aumentar las áreas de producción. Esto lleva a la pérdida y degradación de los humedales, afectando la biodiversidad y los servicios ecosistémicos claves que proporcionan, incluyendo la reducción del riesgo de inundaciones y el suministro de agua pura.
Según lo expresado por Daniel Blanco, Director de la oficina argentina de Wetlands International, “A partir de nuestra experiencia, el estándar RTRS es una de las mejores herramientas disponibles para impulsar la producción de soja con las prácticas más amigables. Ahora es vital monitorear si el esquema de la RTRS está logrando en la práctica y en el campo lo que plantea en los papeles”.
El OSAS también se propone informar e influenciar las diferentes agendas sectoriales tanto públicas como privadas así como a los decisores encargados del ordenamiento del territorio. En el caso específico de los humedales y soja, recomendamos a los países productores de soja que eviten el drenaje de los humedales, que se prohíba el cultivo en Áreas de Alto Valor para la Conservación de la biodiversidad y en los márgenes de los humedales. Asimismo, se insta a que estos países apliquen las mejores prácticas agrícolas disponibles, minimizando de esta manera los impactos sobre la calidad y cantidad de agua y previniendo la contaminación.
[1] Las organizaciones que participan del OSAS son ICV en Brasil, ProYungas y Wetlands International Argentina, Guyra Paraguay y Probioma en Bolivia. El OSAS es apoyado por Wetlands International, Both Ends y IUCN NL.
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