COP14 Ramsar: los impactos de la minería de litio en los humedales altoandinos
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Presentamos “Los impactos de la minería de litio en los humedales altoandinos” en la COP14 de la Convención de Humedales (Ramsar), en Ginebra. En este evento internacional para la conservación de humedales alertamos sobre las amenazas de la actividad para estos ambientes y expusimos elementos claves para el desarrollo de una minería responsable.
En el encuentro mundial para la protección y conservación de los Sitios Ramsar de Humedales que se realizó la semana pasada en Ginebra, presentamos los impactos de la minería de litio en los humedales altoandinos. La presentación incluyó la situación actual de uno de los seis Sitios Ramsar que se enfrentan a las amenazas de esta actividad, las Lagunas altoandinas y puneñas de Catamarca, y fue expuesto por Román Baigún, coordinador del Programa Conservando los Humedales Altoandinos para la Gente y la Naturaleza.
Los humedales Altoandinos más vulnerables frente a la creciente demanda del mineral son los que se ubican dentro de lo que se conoce como el Triángulo de Litio, zona que alberga el 58% de las reservas de litio en el mundo, al norte de Argentina y Chile, y sur de Bolivia. Los ecosistemas que allí se desarrollan son muy secos, la evaporación de agua es mucho mayor al agua que cae con las lluvias y alimenta al sistema, por lo que la vegetación se mantiene gracias al contacto de las raíces con el agua subterránea. Estos humedales, que actúan como oasis frente a la aridez de la zona, proveen recursos esenciales para las poblaciones locales y la biodiversidad, donde se destacan las especies endémicas.
Los impactos de la minería del litio están asociados al método utilizado para extraer el mineral que consiste en bombear la salmuera que lo contiene desde el fondo del salar a la superficie y permitir la pérdida del agua en grandes piletas de evaporación para concentrar el carbonato de litio. Se calcula que para extraer una tonelada de litio se evaporan 2.000.000 litros de agua. Para dar idea de la pérdida, solo el año pasado se produjeron 465.000 toneladas de litio en la región.
Esta actividad provoca el descenso del nivel freático, lo que repercute en el mantenimiento de los humedales, secando las vegas y afectando a la fauna y las poblaciones locales que dependen de ellos. El impacto no es sólo a nivel local, ya que, debido a la conexión de aguas subterráneas entre cuencas, los efectos se extenderían más allá de los límites del salar en explotación. Los efectos en el ambiente también hacen eco en el turismo en desarrollo.
“Proponemos que los países compartan la responsabilidad de cómo y dónde se explota el litio para poder minimizar su costo para el medio ambiente y la sociedad”, destacó Baigún en la presentación. Y agregó que se debería evitar explotar áreas reconocidas por su importancia de conservación internacional.
Además, Baigún resaltó la importancia de apoyar la investigación y la innovación para la aplicación de nuevas tecnologías que consuman menos agua y tengan un menor impacto ambiental, y promover el rol de los humedales que proporcionan recursos clave para las comunidades andinas y contribuyen a la adaptación al cambio climático.