Nuevo proyecto de conservación de humedales altoandinos en el Lago Junín, Perú
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Programa Humedales Altoandinos
Gracias a la financiación de Greenchoice y otros socios, desde Wetlands International y nuestra oficina regional Wetlands International LAC trabajamos para mejorar la gestión de los humedales en el Lago Junín, Perú. El proyecto, basado en la participación de las comunidades, tiene como objetivo mejorar las condiciones socioeconómicas locales y los medios de vida a largo plazo, y reforzar la protección de la flora y la fauna autóctonas.
El lago Junín, denominado localmente Chinchaycocha, se ubica a 4.083 metros sobre el nivel del mar en la región de los Andes Centrales del Perú. Es el segundo más extenso del país y desagua hacia el noreste desembocando en uno de los mayores afluentes andinos de la cuenca del Amazonas. La Reserva Nacional de Junín y la Convención Ramsar protegen al lago, que abarca 53.000 hectáreas y se extiende a través de los departamentos de Junín y Pasco. Sus ecosistemas comprenden bofedales con totorales y pastizales densos.
Los bofedales altoandinos son humedales con vegetación que genera capas de turba en el subsuelo. Funcionan como esponjas naturales que retienen y purifican las aguas glaciales en la sección alta de las cuencas, proporcionando protección y sustento a las comunidades río abajo. Además de su capacidad de retener sedimentos de forma natural, los bofedales actúan como filtros naturales mejorando la calidad del agua. El lago Junín, rodeado por estos bofedales, luce como un oasis de agua azul cristalina en los Andes peruanos, a pesar de estar contaminado por la minería de larga data en la zona. Este entorno alberga una hermosa y excepcional biodiversidad endémica amenazada, incluyendo especies como el zambullidor de Junín (con menos de 360 ejemplares), la gallineta negra y la rana gigante de Junín, que se creía extinta.
Estos tipos de humedales son importantes sumideros de carbono, colaborando así con la disminución del efecto invernadero que aporta al cambio climático, y sustentan a las economías locales, ya que funcionan como pasturas para el ganado (alpacas, vacunos y ovinos), proveen turba para combustible, y son un patrimonio cultural de gran valor.
Sin embargo, los sistemas de los medios de vida arraigados durante siglos en las comunidades indígenas Aymara enfrentan una creciente amenaza debido al sobrepastoreo del ganado doméstico, la extracción excesiva de turba para su uso como combustible, la operación de la represa hidroeléctrica, y una alteración generalizada de la hidrología en torno al lago Junín. Estas actividades impactan negativamente en los ecosistemas, vitales para las comunidades ancestrales, dejándolas expuestas a las amenazas naturales y con una adaptación limitada al mencionado cambio climático. Como consecuencia, sus actividades productivas se ven perjudicadas.
Desde Wetlands International contamos con amplia experiencia en la conservación y la restauración de humedales en la región andina. Gracias al financiamiento de Greenchoice, en los próximos cinco años estaremos trabajando con Face the Future, ECOAN, Care for Ecosystems, el SERNANP y las comunidades locales, como Villa Junín, Chuiroc y Conoc, para mejorar el manejo sostenible de las turberas en una extensión de 2.600 hectáreas. El proyecto fortalecerá la resiliencia de las comunidades aumentando sus capacidades para mejorar la gestión de los recursos naturales y mejorar su bienestar a través de actividades económicas sostenibles locales.
Nuestra intervención, guiada por la co-creación y los enfoques comunitarios, se basa en los principios de la “restauración ecológica” garantizando la sostenibilidad más allá de la duración del proyecto. Las actividades previstas contemplan una serie de intervenciones, como la obturación de zanjas, el restablecimiento de la sinuosidad de canales y ríos, el aterrazamiento de sus orillas, la revegetación, la creación de trampas de agua/carbono, y el vallado permanente en surgentes y montículos de turba.
Si podemos reorientar la trayectoria del lago Junín hacia un futuro más saludable, creemos que también podemos proporcionar un modelo que puede replicarse en muchos otros paisajes de bofedales altoandinos para establecer economías más sostenibles, aprovechando los beneficios de adaptación y mitigación que brindan estos ecosistemas.