Ríos, lagos y cuencas

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Los humedales de tierras altas y zonas montañosas tienen un papel importante en la regulación del caudal de los ríos. Los turbales, lagos, glaciares, pantanos y pastizales de las cabeceras de los ríos mejoran tanto la cantidad como la calidad del agua río abajo.

Actualmente se enfrentan a una serie de amenazas, incluyendo el rápido derretimiento de los glaciares debido al cambio climático, el exceso de pastoreo del ganado, las desviaciones de agua para la agricultura y la energía hidroeléctrica, y el aumento de la contaminación.

Los humedales de altura suelen almacenar y liberar grandes volúmenes de agua en respuesta a las precipitaciones y al deshielo. Estos protegen y purifican el suministro de agua por la alimentación de los acuíferos, atrapando sedimentos y filtrando nutrientes. Su capacidad para promover el crecimiento de la vegetación disminuye la erosión del suelo y amortigua el flujo de agua, proporcionando un flujo constante aguas abajo mientras que reduce la severidad de los desastres tales como deslizamientos, inundaciones y sequías.

A menudo, los depósitos de agua tienen una biodiversidad única y valores culturales. Son importantes áreas de escala para aves migratorias y zonas de cría para aves, peces y anfibios.

En todo el mundo, el cambio climático está provocando el aumento de la ocurrencia de eventos de lluvias fuertes con prolongados períodos de sequía. La pérdida y degradación de los humedales de montaña amenaza a la naturaleza y suministros de agua potable aguas abajo y pone a las ciudades y comunidades rurales en situación de riesgo de inundaciones catastróficas y sequías, lo que resulta en muertes y miles de millones de euros en daños y perjuicios.

Nuestro objetivo es conservar y restaurar las tierras altas y de humedales de montaña de alto valor que juegan un papel importante en la seguridad del agua aguas abajo.